sábado, 2 de mayo de 2009

Exilio Dorado

Exilio Dorado

La férrea resistencia de los liderazgos políticos tanto del partido Comunista como de Acción Democrática, frente a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, siempre se ha considerado uno de los capítulos históricos de Venezuela con mayores ingredientes de heroísmo, sacrificio y amor por la patria. Las vivencias y peripecias de tantos hombres y mujeres, a lo ancho y largo de la geografía nacional, buscando eludir la persecución y castigo de los esbirros de la Seguridad Nacional, terminaron por convertirse en emblemas de valentía, honor y entrega en la defensa de los ideales democráticos. La cárcel, el cementerio o el destierro eran los únicos destinos posibles para aquellos ciudadanos que se atrevían a desafiar los múltiples tentáculos de la tiranía. Hambre, horror, miseria, penurias, lágrimas, sufrimientos y la desesperanza marcaron el espíritu progresista de aquella juventud rebelde e idealista. Aquellos hombres merecen los más altivos pedestales en el recuerdo agradecido de las generaciones.

En la última década viene apareciendo una camada de superhéroes que eclipsa las cuotas de sacrificio de los prohombres de la resistencia frente a Pérez Jiménez. Las glorias de aquellos adalides de la libertad ni siquiera sirven como sotobosque frente a los erguidos pilares de entrega y convicción democrática de los liderazgos antichavistas. Las crónicas de José Vicente Abreu, por nombrar solo una de las víctimas de aquellos vejámenes, no son más que simples nimiedades frente a las heroicidades que el lector encuentra en cualquier diario de circulación nacional. Si alguien ve las casas suntuosas en las que viven, los selectos clubes que frecuentan, los vehículos de última moda en los que se desplazan, las jugosas cuentas bancarias que manejan, las exclusivas tarjetas de crédito que exhiben y las sólidas empresas que manejan, termina por convencerse que la muerte o cárcel de Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevalli, Antonio Pinto Salinas, entre otros, no fue más que una pasión inútil, porque esta dictadura chavista no tiene parangón en la historia patria.

El sufrido destierro de aquella generación, frente a la realidad de los tiempos, sólo fue el simulacro de un juego de niños frente al exilio dorado de los nuevos paradigmas de la libertad. Aquellos salieron a beber el amargo sabor del destierro, con la frente en alto y el bolsillo vacío, buscando refugio en cualquier país y haciendo de tripas corazón a la hora de sobrevivir. Estos salen con el rabo entre las piernas, las cuentas bancarias bien abultadas, los hoteles cinco estrellas reservados, los estudios de televisión asegurados para las ruedas de prensa y hasta con personal de conserjería dispuesto para la labor doméstica. No hay duda entonces de la sacrificada lucha que vienen librando por la democracia venezolana. Ciertamente, algunos líderes de la resistencia frente a la dictadura de Pérez Jiménez que lograron sobrevivir a la misma, a la vuelta de varias décadas sucumbieron frente a la corrupción. Ellos primero fueron héroes y después corruptos. Estos de hoy primeros fueron corruptos y después héroes. He ahí la diferencia. josegarmo@yahoo.com

No hay comentarios: