Elogio a la Ciudad << José de la Cruz García Mora >>
Según los escritos del reconocido Dr. Aurelio Ferrero Tamayo, "una ciudad es una conquista humana y el resultado de pequeños esfuerzos cotidianos contra la barbarie". San Cristóbal, la ciudad cumpleañera, es el emotivo compendio de la pasión telúrica de las generaciones, dispuestas a construir perfiles de identidad terrígena en la relación dialéctica hombre medio. Desde el momento genésico como núcleo originario y centro del proceso regional de la conquista española, la villa o ciudad de San Cristóbal ha sido el faro que guía el devenir histórico del Táchira. El complejo dinamismo de la contemporaneidad metropolitana ha hecho crecer la funcionalidad citadina como nervio vital en los procesos de interacción cotidiana de los ciudadanos. La Ciudad de la Cordialidad, como se le conoce popularmente en el concierto nacional e internacional, constituye un símbolo de orgullo y altivez para el gentilicio andino. Es que la capital del Táchira representa el emblema de la lucha consuetudinaria en pro de la grandeza.
No se sabe si don Juan Maldonado, el célebre fundador de la urbe, conocía las nociones básicas de geografía política, posicionamiento estratégico e interconexión especial. Pero la villa se emplazó sobre una compleja encrucijada de caminos. Todo cruce de caminos es una fuente inagotable de esperanzas, un potente imán para la atracción de flujos, un acrisolado sentimiento colectivo y, sobre todo, un punto nodal para multiplicar las ventajas comparativas en los procesos de integración espacial, hacia adentro y hacia afuera. Ningún pueblo o ciudad andina tiene las prerrogativas espaciales de San Cristóbal. De ahí que haya logrado sobresalir como referencia urbana regional o nacional y como centro medular de la red de asentamientos andinos. Al principio, la villa fue un núcleo urbano genitor de pueblos y caseríos. Hoy la urbe sigue ostentando la primacía jerárquica como centro medular en la gestación de la dinámica metropolitana y marca pauta en la palpitación telúrica que envuelve al valle del Torbes.
La consolidación de San Cristóbal, como principal centro urbano en los contextos geográficos andinos, representa la victoria suprema de la sociedad frente a los imponderables del entorno. Una ciudad se cincela con buriles de constancia, identidad y esfuerzo creador por parte de todas y cada una de las generaciones que han anidado bajo los cálidos aleros del entramado urbano. Puede que las autoridades en algún momento pierdan la visión histórica en el crecimiento y conducción de los distintos públicos. Pero los ciudadanos nunca pierden la vinculación filial con el terruño donde se desatan las conquistas humanas. El tránsito desde el crecimiento urbano horizontal al vertical, no sólo es símbolo de los procesos de densificación interna de la urbe, sino de la grandeza de una ciudad que logra trascender el tiempo y empinarse en el tiempo como emblema de tesón y orgullo, gracias al temple y constancia de cada uno de sus hijos. San Cristóbal es una ofrenda del Táchira para Venezuela y el mundo.
Geógrafo
josegarmo@yahoo.com
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