viernes, 26 de julio de 2013

Balance político | Diario La Nación

El cumplimiento de los primeros 100 días de gobierno del Presidente Nicolás Maduro obliga a hacer el balance político de la realidad nacional. A raíz de los violentos sucesos posteriores a los comicios del 14 de abril, mientras el liderazgo opositor parecía jugar a la caída por inercia del nuevo gobierno, desde el sector oficialista se hacían grandes esfuerzos para consolidar la estabilidad y el reconocimiento internacional. Las circunstancias políticas se van decantando poco a poco y el panorama nacional tiende a aclararse. La fuerza inicial del reclamo opositor, frente a la teoría del fraude, prácticamente se ha diluido en las ciénagas de la indiferencia general. A excepción de las declaraciones casi pintorescas del candidato opositor, en ninguna parte se discute sobre el tema. En realidad, hay otros asuntos prioritarios que reclaman la atención de los ciudadanos y los hechos concretos de los últimos días demuestran que el gobierno ha logrado posesionarse del poder y ampliar el radio de legitimidad interna y externa.
            En cambio, en el plano económico, la situación aún no ha logrado sedimentarse. La escasez de alimentos y la especulación siguen conspirando contra el bolsillo de los venezolanos, sin que las medidas del gobierno logren estabilizar los cambiantes precios de los artículos de primera necesidad. A pesar de todo, la gente se las ingenia para surtirse de los productos escasos. Estos, curiosamente, van apareciendo “graneaditos” en las estanterías y anaqueles de los establecimientos comerciales. El pueblo siempre busca alternativas frente a la escasez y no se deja arrebatar por la desesperación. El gobierno plantea la situación de la escasez y la especulación como el resultado de una guerra económica de los sectores poderosos contra el pueblo. Al menos por ahora, la situación económica con respecto a los alimentos no termina traduciéndose en dividendos o desenlaces políticos violentos, como cabría esperarse de la conspiración constante contra el estómago de los más pobres, si la teoría de la escasez dirigida fuera cierta.
            Hay otros elementos que terminan agregando ingredientes fundamentales para la estabilidad política del país. El gobierno de calle impuesto por el Presidente Nicolás Maduro ha resultado novedoso para poner en práctica el principio de la democracia protagónica. La lucha contra la corrupción y la captura de varios funcionarios comprometidos en situaciones ilegales, no puede ser criticada a priori por los adversarios. Pero la participación de los sectores de oposición en las elecciones municipales, sin lugar a dudas, es el hecho que termina por neutralizar y derrumbar por completo la teoría del fraude electoral. A pesar de que resulta incoherente y contradictorio que se alegue fraude y al mismo tiempo se participe en la contienda, en el fondo, el hecho de que la oposición obtenga la victoria en algunas entidades, eso termina por validar la legitimidad política del sistema. En fin, el balance muestra que el gobierno se estabiliza en la misma medida en que declina el impacto nacional e internacional del argumento del fraude. josegarmo@yahoo.com

José de la Cruz García Mora

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