Uno de los problemas más graves que tiene el Municipio
Uribante, sin duda alguna, se refiere al estado deplorable de la vialidad. La
comarca ha sufrido históricamente los imponderables derivados del aislamiento y
la lejanía. De acuerdo con antiguas historias, los caminos de recuas eran un
peligro para el tránsito peatonal hacia La Grita o Tovar. Resultaba una
verdadera odisea internarse en las profundas gargantas del páramo, vencer la
imponencia de la cordillera y sacar los productos al mercando a lomo de mula.
El 5 de julio de 1943 se inaugura el
tramo carretero entre Pregonero y el Delgadito, conectando con la carretera
Trasandina. El mismo día llega el primer carro a la población. Se abre un
abanico de esperanza para la comunidad, por la posibilidad de acortar las distancias
y estrechar el intercambio comercial con los pueblos circunvecinos. Sin
embargo, desde el momento en que Pregonero pudo establecer contacto vial con
las poblaciones vecinas, el mantenimiento de las vías ha sido preocupación
constante de los vecinos.
La Carretera por La Fundación se
construye a raíz de los trabajos asociados con la Represa Uribante Caparo. La
distancia se reduce un poco y se hace más fácil el contacto con la capital del
Estado Táchira. Antes resultaba más fácil articular comercialmente con el
Estado Mérida. De hecho, la ciudad de Tovar era un centro comercial vital para
el sostenimiento de la economía uribantina. Luego se construyeron otras vías de
acceso hacia poblaciones vecinas y las distintas aldeas.
Antes de que la represa entrara en
funcionamiento, la comunidad local tuvo que organizar luchas colectivas para
lograr el acceso por la aldea Rubio. Aquellos movimientos cívicos sirvieron
para mostrar el talante reivindicativo de los Chácaros, cuando existe verdadero
espíritu de unidad, o cuando los intereses comunitarios logran neutralizar las
apetencias partidistas de los políticos de turno. Así mismo, diferentes aldeas
han tenido que enfrentar largas luchar por la apertura de ramales de
penetración agrícola.
En
cualquiera de los casos, la situación de la vialidad siempre ha sido difícil y
problemática. Algunos pueden alegar sobre la inestabilidad de las formaciones
geológicas y su impacto sobre las arterias viales. Pero la causa de mayor peso
es la falta de mantenimiento y la escasez de inversiones para el sostenimiento
de los tramos viales. En la medida en que la negligencia deja avanzar la
gravedad del problema, en esa misma dimensión aumenta el monto del capital
necesario para poner en funcionamiento las vías.
La situación de la vialidad en
Uribante se torna cada día más calamitosa. Desde hace meses se ha anunciado la
inversión de recursos para la recuperación de ciertos tramos. Pero aún no se
inician los trabajos. Mientras tanto, la comunidad sigue sufriendo el peligro
de la incomunicación, por las innumerables fallas de borde, hundimientos,
desprendimientos, derrumbes y otros problemas. El Municipio Uribante espera que
se concrete la acción de gobierno. Cronista de Pregonero. josegarmo@yahoo.com
José de
la Cruz García Mora
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