jueves, 12 de diciembre de 2013

Lecturas Electorales

Opinión - 12 diciembre, 2013 | 12:00 AM


Lecturas electorales


Después de las elecciones, los dirigentes y los analistas políticos, los columnistas de opinión, los profesionales de la comunicación, en fin, todo mundo comienza a hacer interpretación de los resultados. De allí salen diversas lecturas y enfoques sobre la realidad político-electoral del país. Usualmente, la gente más involucrada con los partidos, los candidatos y las tendencias en pugna, hacen diversos malabarismos matemáticos para disfrazar, ocultar, maquillar o digerir a regañadientes la realidad. Hoy se escucha que la oposición ganó porque obtuvo la victoria en algunas ciudades de gran tamaño, donde se concentra un grueso volumen de la población. También se oye que esta misma tendencia aumentó el número de alcaldías o que se incrementó el porcentaje con respecto a las elecciones locales inmediatamente anteriores. Se dice que las elecciones locales no se pueden comparar con las presidenciales porque son realidades completamente distintas. Así como estas, circulan otras hipótesis para apuntalar o rebatir esos argumentos.
Habría que preguntar: ¿Cuáles fueron los objetivos que se plantearon los dos bloques políticos en pugna? ¿Cuál fue el enfoque utilizado por cada uno de ellos para el desarrollo de la campaña? ¿Qué sector político logró concretar los objetivos? La oposición apostó por la convocatoria de un falso plebiscito, para someter a escrutinio la legitimidad del Presidente Nicolás Maduro. Eso está registrado en todos los medios de comunicación de Venezuela y el mundo. Ahora no pueden decir que eso no es cierto. El gran objetivo electoral era superar el 50 % del respaldo popular y en consecuencia, salir a las calles de Venezuela a exigir la renuncia del Presidente, como expresión de la mayoría que se habría expresado contra el gobierno. Se suponía que este no se iba a quedar con los brazos cruzados. La campaña se centró contra la guerra económica, el combate de la usura y la especulación, la lealtad a Chávez. El gran objetivo electoral era disipar la estrechez porcentual de la brecha alcanzada en el mes de abril y evitar la inestabilidad y el derrumbe del poder.
La gente es libre de pensar e interpretar lo que mejor le parezca. Todo mundo tiene la absoluta libertad para auto-engañarse de la mejor forma que quiera. Sin embargo, la Lic. Omaira Labrador, al asumir la Dirección en este diario, señaló que en el periodismo era muy difícil alcanzar la completa objetividad, pero que para eso existía el profesionalismo. He ahí una buena estrategia para aplicar al razonamiento político. Es muy difícil que la gente se desprenda por completo de los prejuicios militantes a la hora de ver el resultado electoral del pasado domingo. Pero sería bueno que los ciudadanos no se dejen arropar por la embriaguez del triunfo o la derrota. Dicen que el Síndrome Traumático Post Electoral deja esas sensaciones en unos y otros. Lo más sano es no dejarse marear por los malabarismos matemáticos y determinar qué tendencia política estuvo más cerca de alcanzar los objetivos. Ese sería el verdadero resultado de las elecciones. Afortunadamente, hoy el país está en paz y tranquilidad. Eso es lo más importante…
josegarmo@yahoo.com
 


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